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Villaclareñas

Entre espinas y flores

Entre espinas y flores

René González cumple injusta condena de 15 años de privación de libertad en los Estados Unidos. ¿Su delito? Prevenir a Cuba de las acciones terroristas organizadas por la mafia anticubana.

 Pero la cárcel no ha podido encerrar su dignidad y perseverancia.  Tampoco la admiración por su madre: Irma Sehwerert Mileham. El domingo 13 de mayo, un vuelo entre rejas le acercó a quien le dio la luz de la vida, y a quien pudiera dedicarle los versos de José Martí: “Mírame, madre,Y por tu amor, no llores:Si esclavo de mi edad y mis doctrinasTu mártir corazón llené de espinas,

Piensa que nacen entre espinas, flores”.

 Irma sabe que su hijo despega cada amanecer con la libertad de quien tiene de su lado la verdad y la justicia. Asimismo, ella comprendió la trascendencia de la misión de René y de otros cuatro cubanos encarcelados desde 1998 por luchar contra el terrorismo. «Al principio cerraba la puerta de mi cuarto. Me faltaba el aire porque no podía concebir que ellos permanecieran en prisión; pero después uno va adaptándose, al verlos con optimismo, con firmeza... que no han dejado de sonreír, de ser personas alegres, algo que realmente valoras porque son sus principios los que los han mantenido íntegros. Entonces, eso te tranquiliza»; asegura Irma Sehwerert, una mujer de extraordinaria fortaleza.«En cierta ocasión nos reunimos en la ciudad de Camagüey con un grupo de madres que perdieron sus hijos en Angola, con familiares de mártires, y lo digo honestamente, no pude hablar una palabra al ver esas madres dándonos aliento a nosotros. Pero cómo es posible —me decía— son ellas las que debían estar sentadas aquí, porque los míos están vivos, pero ellas no tienen la posibilidad de ver a los suyos, qué les puedo decir yo a estas madres, a quienes debemos nosotras rendirle homenaje. Por lo tanto, esta es la etapa que nos ha tocado, y tenemos que vivirla a la altura de lo que se pide por la humanidad». Mayo sugiere enaltecer a las madres y esposas de los Héroes encarcelados. Son mujeres que vivirán un domingo signado para la unificación familiar sin los seres amados, sin su cariño cercano; mas, contarán con el afecto de los cubanos y con el de las personas dignas del mundo, que las han acompañado durante estos casi nueve años de reclamo de justicia para los luchadores antiterroristas.«Durante las visitas a la prisión lo primero que conversamos es: hijo, estás más delgado, ¿tú estás comiendo?, ¿estás haciendo demasiados ejercicios?, ¿te estás cuidando? «A él le interesa mucho la situación de Cuba, es un tema que no falta... y los vecinos. Nosotros tenemos esa costumbre, él empieza a preguntarme por cada uno de los amigos, cómo están... y los encuentros transcurren con mucha alegría, nos reímos muchísimo, no damos cabida a la tristeza. Diría que allí nadie sonríe, en cambio, nosotros nos pasamos todo el tiempo riéndonos de las cosas de Roberto y René, pues me entero de todas las maldades que ellos hacían cuando eran pequeños, y no las sabía, entonces me digo pero cómo ustedes han hecho esas cosas y me vengo a enterar ahora»; confiesa Irma, en un repaso por la vida que se detiene en la ternura.«René es el ser más noble que hay sobre la tierra, pero tiene unos prontos, que en un momento tú no sabes lo que va a hacer, y eso era una de las cosas que más me preocupaba a mí. Por ejemplo, la injusticia no la resistió nunca, desde pequeño. Lo caracteriza un desinterés total por lo material, René puede vivir en una selva y ser el ser más feliz de la tierra, él es así, y desde niño fue muy cariñoso, muy noble. De mis tres hijos, él es el más cariñoso». René González, ciudadano norteamericano, fue sancionado a 15 años de cárcel. Un tema devenido en polémica, al decir de su madre:«No concibo que él regrese antes que sus compañeros, y él tampoco. Claro, vivimos con la esperanza de que eso no puede ser, de que van a volver los Cinco. Entonces le digo: bueno, mi hijo, cualquier cosa tú tienes que ser disciplinado. Yo no quiero que retorne solo, sino que sean los Cinco los que regresen».Y llegará ese momento. «Con dolor hay que reconocer que se fueron muy jóvenes de Cuba a cumplir una misión, pero ya han pasado casi nueve años, y ya no son tan jóvenes... y el tiempo va pasando; pero tenemos confianza en el pueblo norteamericano —y en su concepto de familia— pero no le ha llegado toda la información sobre el caso. Por ese motivo los Cinco siguen presos. Estamos convencidos de que cuando la opinión pública norteamericana conozca la verdad, seguro van a sentir un gran pesar al conocer que estos cinco hombres, que también estaban defendiendo ese pueblo, vivan ya tantos años privados de libertad.«Yo nunca he llorado en público, porque esa no es la actitud, debemos ser firmes, y expresar nuestra convicción de continuar la lucha para que los Cinco regresen a casa», aseveró Irma Sehwerert, la madre que no llora por su amor, pues sabe que nacen entre espinas, flores.   Fuente Xiomara Rodríguez Cruz  5/12/2007 

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