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Villaclareñas

Pase usted...está en la Casa de la Mujer y la Familia

Pase usted...está en la Casa de la Mujer y la Familia

En estos 17 años Villa Clara ha sobrepasado los 2 millones 256 mil personas atendidas (de uno y otro sexo). (Fotomontaje: Carlos Rodríguez Torres). 

  Estas personas guían bien sus pasos. No importan sus nombres ni la causa que las conduce al recinto, solo que se dirigen hacia un lugar seguro: a la Casa de Orientación a la Mujer y la Familia, que este 8 de septiembre anda de cumpleaños. Aquel sueño nació hace 17 años en el centro de Cuba. Santa Clara lo bordó con hilo fino, después de analizada otra de las ideas brillantes de Vilma Espín Guillois encaminadas, por aquel entonces, a consolidar los derechos femeninos y la igualdad de la familia en tiempos de coyunturas difíciles para nuestro archipiélago con la entrada de los 90. Las dirigentes locales de esa etapa comenzaron a labrar la sonrisa perfecta» que lograran alas y emprendieran el vuelo. Así, se abrió la primera puerta de dichas casas en la provincia y en Cuba. En el chalet de Carretera Central y calle 3a., del reparto santaclareño de la Vigía, infinidad de colaboradores brindaron aquel día por una nueva historia. Ninguno cobró un centavo adicional por comenzar a soñar sin temor a los tropiezos, en un proyecto que basó su antecedente en la Cátedra Mujer y Desarrollo —creada antes en el Instituto Superior Pedagógico (ISP) Félix Varela—, bajo la conducción de la otrora rectora Mercedes Piñón Jareño. Hoy en el terruño suman 17 casas (una en cada municipio, dos en la capital villaclareña, otra en Jibacoa y la insigne de la provincia), entre las más de 154 existentes en el país. Mayelín Díaz Rodríguez, miembro del secretariado provincial de la FMC, hurga en sus recuerdos, y se detiene en el hecho de que para constituirlas no fue necesario convocar.  «Respetables profesionales del propio ISP, del MINSAP, del Centro Provincial de Educación para la Salud, de Justicia y de múltiples organismos nos tendieron sus manos. Ya sentíamos que nuestros sueños tomaban las sendas de la realidad. Sin el aporte de ellos hubiera sido imposible.» La memoria traiciona. Por eso Mayelín evita mencionar nombres. Habla de excelentes hombres y mujeres identificados con las problemáticas de las féminas, de la familia y de la igualdad, que se sumaron a esta idea sin pensarlo dos veces. Entre ellos, la doctora Xiomara Ruiz Gamio, quien físicamente ya no está; sin embargo, permanece en el quehacer del colectivo. —¿El momento más importante? —Varios… Diría que los programas de adiestramiento con orientación dirigida a oficios como peluquería, masajes, corte y costura y otros tantos que han propiciado, incluso, nuevas fuentes de empleo a personas antes desvinculadas del estudio y el trabajo. —¿Y las novedades del camino? —Hace muy pocos años se insertó el proyecto FOS (auspiciado por Bélgica), encaminado al fortalecimiento de la salud sexual y reproductiva en materia de orientación y capacitación. Ya es aplicable en las casas de Santa Clara, Camajuaní, Manicaragua, Santo Domingo y Caibarién; en tanto uno similar dirigido a contrarrestar  la violencia adquiere vigencia en Placetas y Sagua la Grande. —¿Hasta qué punto rompieron el reto de sacar el trabajo de las casas fuera de las cuatro paredes? —Siempre tuvimos esa preocupación de encasillarnos. De inicio lo hicimos. Dábamos los primeros pasos. Luego, constatamos la necesidad de la extensión comunitaria, de aprovechar la sabiduría de los colaboradores, de aplicar esta experiencia —única en el mundo y totalmente gratuita—, según las problemáticas de cada área y llevarlas hasta allí. —Y cuando hacen una retrospectiva de 17 años, ¿imaginaron que aquellos sueños iniciales valieron la pena y buscaron las alturas? —Pensamos, como organización, que lo soñado no fue en vano. Poco a poco tomamos altura sin creernos que hacemos algo inmaculado, pero de lo que sí estamos seguras es de que todos los sueños encontraron sus  

1 comentario

ZHP -

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