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Villaclareñas

Reciben dos villaclareñas Orden Lázaro Peña de la Central de Trabajadores de Cuba

El Primero de Mayo, Josefa Quintana Pérez y Rafaela Mendoza Valdés, obreras de la fábrica de tabacos Mariano Pérez López (Balí), de Placetas, ven realizado un anhelo común: el de asistir a los festejos conmemorativos por el Día Internacional de los Trabajadores en la Plaza de la Revolución José Martí, en la capital del país. Ellas ganaron ese derecho al resultar invitadas a la magna celebración en La Habana, donde recibirán la Orden Lázaro Peña de Tercer Grado, en virtud de la consagración mostrada durante años en el desempeño de sus labores. «En realidad, me sorprendió la noticia sobre esta condecoración. Poseo la “Jesús Menéndez” y la de Hazaña Laboral, pero esta no la esperaba. Cuando me lo comunicaron me puse muy nerviosa. Eché a llorar y ni hablar podía de tanta emoción.»  Josefa Quintana Pérez   Así expresó Josefa, Vanguardia Nacional del sector tabacalero desde hace 13 años, para quien el nuevo título la colma moralmente de satisfacciones. «No se trata de que uno trabaje con la finalidad de ser recompensado. Yo lo hago para cumplir con mi deber social, pero tales estímulos no dejan de tocarle a uno muy adentro», señaló esta mujer, desenvuelta en el diálogo, cuyas pupilas, según la ocasión, acusan tonalidades desde el azul celeste hasta fulgores más intensos. De sus 42 años de vida, 22 los ha dedicado a la exigente tarea de moldear con hábiles dedos la oscura hoja del tabaco para convertirla en un hermoso producto de exquisita y aromática presencia. Aunque en los últimos tiempos su principal función reside en la formación de nuevos tabaqueros, a los que trasmite sus conocimientos y experiencias, a fin de que el oficio, de hondas raíces históricas en el secular devenir cubano, se prolongue a través de las jóvenes generaciones. Me gusta enseñar, dice Josefa, y precisó que este es el quinto curso que imparte, incluido uno en Vueltas. De ello se enorgullese mucho cada vez que observa el progreso mostrado por sus alumnos en la mesa de labor. «Les enseño que para ser buenos tabaqueros deben amar lo que hacen. Si no es así, no podrán elaborar un torcido de calidad.» Ella también comenzó como aprendíz. Por entonces había matriculado ingeniería mecánica en Cienfuegos, pero desistió. No le gustó la carrera. Vino para Placetas, donde un tío, empleado de la tabaquería, la introdujo en ese medio. «Tenía 20 años, y a los 29 me convertí en profesora», acotó la obrera, que se define como una persona integral, porque a la vez participa en la gestión de los CDR, de la Federación y de la defensa.  Aseguró la placeteña que en la capitalina Plaza de la Revolución unirá su voz a la de miles de participantes en la celebración para condenar una vez más la liberación de Posada Carriles, mientras los Cinco Héroes cubanos guardan rigurosa prisión en las cárceles norteñas. LA ORDEN REPRESENTA UN SERIO COMPROMISO En 1982 comenzó Rafaela Mendoza Valdés en la fábrica de tabacos placeteña, y a partir de 1993 ha sumado 13 años consecutivos la condición de Vanguardia Nacional, que hoy ostenta con el mismo orgullo que le produce la posesión de la Orden Jesús Menéndez y la de Hazaña Laboral.  Rafaela Mendoza Valdés    Pensaba que eran los máximos honores que a los que podía llegar. Por eso, cuando fue notificada de que recibiría la Orden Lázaro Peña, no se pudo contener. La emoción se desbocó, y con ella las lágrimas, de manera incontenible, humanamente normal. «Para mí ese preciado otorgamiento representa un serio compromiso, el de continuar luchando por ser mejor cada día en mi puesto, que es el único modo de corresponder a esta Revolución que me ha dado tanto, en primer lugar la oportunidad de ser una mujer digna y reconocida por la sociedad.»   A Rafaela el oficio le viene en la sangre, por herencia, pues la madre y el hermano también se emplean en esa noble actividad de confeccionar un producto, que tanto prestigia a la industria cubana del torcido en el escenario internacional. Este es un trabajo maravilloso —explicó—, que tiene sus exigencias, pero se siente placer por el esfuerzo que demanda, y al propio tiempo satisface una necesidad económicamente importante para la Revolución. En la actualidad, simultanea sus quehaceres con el de secretaria del núcleo del Partido y funge como organizadora del bloque 49 de la FMC en su lugar de residencia. Ella es natural de Caracusey, en el lomerío escambradeño. Cuatro años tenía al triunfar la Revolución, y de aquellos años turbulentos guarda tristes recuerdos de la estancia familiar en la zona, que pronto se infectó con la presencia de bandas armadas. Su padre, por el hecho de defender las justas transformaciones sociales que ya tenían lugar en la Isla, debió abandonar la región, porque los alzados le amenazaron de muerte.  Al igual que su compañera, la oportunidad de merecer la alta distinción otorgada por la CTC y la de estar ambas este Primero de Mayo en el acto nacional capitalino, llena de contento a esta sencilla mujer. No solo a ella. También a los familiares, y en especial, a sus dos hijos, de quienes recibe el indispensable cariño y comprensión. Odalis Santana, la secretaria del Buró Sindical, las considera ejemplos para el colectivo y un gran estímulo para todos los trabajadores del centro.  Otros trabajadores villaclareños que serán reconocidos este Primero de Mayo Orden Lázaro Peña de Segundo Grado: Jorge Luis Llerena Rodríguez de la Empresa: Agropecuaria Militar de Motembo, en Corralillo.Orden Lázaro Peña de Tercer Grado: Palgelis la Rosa Soto: Despalillo de Camajuaní.Medalla Hazaña Laboral: Simón Molina Rodríguez, miembro del cuerpo DELTA Seguridad.  

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